Sobre el Chocó se extienden más de 1.000 hilos de colores. Cruzan de sur a norte, como el Atrato; y de oriente a occidente, como los extensos bosques del Pacífico. Cada hilo representa a una mujer que, sin importar distancias u horarios, viaja en lancha o camina por horas con tal de defender a las mujeres e impartir justicia. Este entramado de nudos y fibras es la Red Departamental de Mujeres Chocoanas, una organización social que promueve el liderazgo de la mujer y la transformación individual y colectiva.
El tejido inicia en Quibdó, sede de la Red, y llega a 18 municipios del departamento. Con tesón, esfuerzo y berraquera, las integrantes de la Red trabajan para visibilizar las luchas de las mujeres afro, indígenas y mestizas. Su labor inició hace 27 años y han recibido el apoyo de algunas agujas extra para fortalecer su tejido. Entre sus aliados se cuentan Profamilia, la Defensoría del Pueblo, ACNUR, OXFAM, el Programa de Justicia para una Paz Sostenible de USAID, y la Secretaría de la Mujer de Chocó, un ente hermano que surgió con el esfuerzo de la Red.
Actualmente trabajan en ocho proyectos. Si bien todos están enfocados en la mujer, hay dos que se complementan: Justicia de Género y Representación judicial y apoyo jurídico a víctimas de Violencia Basada en Género (VBG). Ambos trabajan sobre la violencia, el acceso a la justicia y la importancia del enfoque diferencial para atender a las mujeres.
Una lucha por la justicia
Nérvita Moreno López es maestra y trabajadora social de profesión. Si le preguntan por su experiencia en la Red contesta con una risa cómplice. Fue una de las pioneras de la Red y, por ende, uno de los hilos conductores. Ingresó hace más de 20 años y ha ocupado casi todos los cargos. Es coordinadora del proyecto Justicia de Género, un componente que visibiliza la ruta de acceso a la justicia y acompaña a las mujeres para atender sus problemáticas de manera correcta.
Su programa trabaja con 60 lideresas de 10 municipios: Unguía, Riosucio, Bojayá, Carmen de Atrato, Bajo Baudó, Istmina, Tadó, Medio San Juan, Nóvita y Condoto. Atiende a las víctimas de cualquier tipo de violencia, como la física, la laboral o la psicológica. “Es importante comprender que la violencia contra la mujer no es algo natural ni cotidiano. Estas agresiones merecen tener relevancia”, dice Nérvita.